Desde los albores del nacimiento de nuestro país siempre ha rondado la idea de Nación desarrollada.

El 15 de noviembre de 1959, la creación del Ex CONET (Consejo Nacional de Educación Técnica) fue un paso vital para el surgimiento de las Escuelas Nacionales de Educación Técnica, fusionando en este organismo las prestigiosas escuelas industriales con las escuelas fábricas.

Los distintos proyectos políticos vividos en nuestro país han llevado al reconocimiento y la importancia de la educación técnica. Quedó ampliamente demostrada, a partir de los numerosos inconvenientes surgidos a raíz de la pandemia, la importancia de la educación técnica y lo fundamental de la modalidad del sistema. Resultó una coyuntura que puso en evidencia la alta capacidad y la calidad de la formación de nuestros técnicos.

La educación técnico profesional argentina se mantiene vigente y más que nunca fortalecida en estos años a causa de muchos de sus educadores, políticos y técnicos que resistieron estoicamente tiempos difíciles. La misma, desde su creación, ha sufrido transformaciones y hoy en día enfrenta nuevamente un desafío para su evolución, modernización y reconocimiento de otrora.

La educación técnico profesional fue una de las modalidades más beneficiadas y apoyadas en algunos proyectos político institucionales, pues entre los objetivos de las leyes educativas estuvo la reorganización y revitalización de la misma como motor de desarrollo de la Nación. Posicionándose al Estado Nacional como el principal garante de dicha modalidad, en trabajo en conjunto con las provincias e instituciones educativas. Siempre el motivo de discusión política ha sido considerarla como una variable de gasto o inversión, esto irá siempre indefectiblemente ligado al proyecto que se quiere de país. Cuando este modelo está vinculado al desarrollo es indispensable verlo como inversión, caso contrario se torna indefectiblemente un gasto.

Del análisis efectuado se desprende que las modificaciones que transitó la modalidad a lo largo de la historia revelan un espacio de discusión, controversia y disputa respecto de la educación y el mundo del trabajo, y de hacia dónde apunta el vector de desarrollo como proyecto de país.

La educación técnico profesional, como siempre manifestamos los técnicos, no es superior ni inferior que otros tipos de educación, es distinta. Y lo es por el compromiso, la defensa y el sentido de pertenencia que nos convierte en acérrimos defensores cuando vemos que corre algún riesgo. Esta modalidad prepara técnicos profesionales en todas sus especialidades para insertarlos directamente en el mundo del trabajo.

Una de las características más impactantes, y que las comunidades no debieran perder de vista, es que la educación técnico profesional forma recursos humanos indispensables en la actualidad, que tendrán que aggiornarse a las necesidades y los nuevos perfiles que van tomando las ciudades. Su inserción requiere de preparaciones cuyas bases ya existen en Argentina. Vale aclarar enfáticamente que no es la misma que la capacitación profesional o laboral. Ambas son y tienden a cumplir los objetivos fundacionales de inclusión y preparación para el mundo del trabajo, pero la educación técnico profesional va más allá. Prepara, precisamente, técnicos con pensamiento crítico, independiente, con capacidad emprendedora y desarrollista desde temprana edad. Y esta capacidad que adquieren nuestros técnicos los dota de la libertad necesaria para realmente construir un país libre y soberano.

En este día más que nunca enarbolamos los ideales de vocación, compromiso y pertenencia necesarios para que nuestra Educación Técnico Profesional sea reconocida como de vanguardia en tanto forma técnicos profesionales con la calidad humana que nos exige el presente.

 

EDUCACIÓN TÉCNICO PROFESIONAL, PRESENTE Y FUTURO DEL PAÍS